Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo...
“El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable,
para el miedoso es lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad”
Víctor Hugo
Por: Parzifal
La semana pasada, el Coordinador General Jurídico del Gobierno del Estado de Hidalgo, Mario José Souverbille González, anunció la fusión del Registro Público de la Propiedad y del Comercio (RPPC) con el Catastro Estatal para dar origen al Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo. El anuncio constituye una legítima esperanza para el RPPC del Estado de Hidalgo de prosperar y posicionarse como la institución garante de la seguridad jurídica que todos esperamos. Con seguridad, el anuncio se refiere a una expectativa a largo plazo que deberá ser precedida de una serie de acciones que faciliten e induzcan la transformación de ambas instituciones hacia un modelo moderno y eficiente de la administración pública descentralizada. La realidad es que el día de hoy las condiciones operativas por las que atraviesa el RPPC del Estado de Hidalgo no permitirían que se lleve a cabo una fusión exitosa y de tal magnitud toda vez que la institución cuenta con una gran cantidad de necesidades históricas fundamentales en diversos aspectos de operación y administración que la ubican, hoy por hoy, como la institución registral con mayor índice de atraso operativo a nivel nacional según las mediciones de línea base realizadas a través del Comité de Evaluación del Programa de Modernización conformado por la CONAVI, SHF, Consejería Jurídica y SEDESOL. Cada día que alguna de las instituciones hermanas concreta un esfuerzo para su modernización, la organización hidalguense se hunde más en el rezago tecnológico. Desafortunadamente, existen antecedentes de esfuerzos mal logrados por modernizar a la institución desde hace casi una década. Ninguno de ellos ha traído los beneficios esperados.
Hoy se vislumbra la posibilidad de retomar las riendas de la modernidad y darle una nueva oportunidad a la institución. Es necesario dar un paso a la vez y tomar las cosas con calma. En un proyecto de estas características, los aspectos inherentes a los rubros de tecnologías de información y procesos registrales están supeditados al resultado de aquellos aspectos que tienen que ver con la técnica jurídica. Un marco jurídico moderno y adecuado es indispensable para detonar la incorporación de procesos automatizados, la implementación de las mejores prácticas y el manejo eficiente y seguro de la información digital. Sin embargo, el mayor esfuerzo que el proyecto requiere no tiene que ver con lo que a análisis jurídico se refiere, el mayor consumo de recursos (hablando en términos de calidad, costo y tiempo) tiene que ver con los componentes de tecnologías de la información y migración del acervo documental. Estos rubros consumen alrededor de un ochenta por ciento de los recursos destinados al proyecto. Por lo tanto, este proyecto se convierte de manera práctica en un proyecto de tecnologías de la información aunque su naturaleza sea en esencia jurídica. El índice de fracaso en proyectos de estas características está perfectamente documentado, cuestión que no fue puesta en perspectiva en los esfuerzos anteriores de modernización y de ahí su fracaso. En un estudio de 23 mil proyectos de aplicación de tecnologías de información, el Grupo Standish, informó que en 1998 sólo veintiséis por ciento de los proyectos tuvieron éxito total, mientras que el cuarenta y seis por ciento fueron cuestionables (esto significa que fueron terminados, pero con presupuesto y/o tiempos mayores a los estimados o en su defecto con menos funciones que las definidas originalmente) y veintiocho por ciento fueron considerados un fracaso. Según el Grupo Standish, estos proyectos que fracasaron costaron casi 75,000 millones de dólares en 1998.
Los indicadores que generalmente determinan el éxito o fracaso de un proyecto son los que tienen que ver, como ya he mencionado, con los aspectos de calidad, costo y tiempo. En la mayoría de los proyectos emprendidos por instituciones gubernamentales lo que se refiere al costo resulta inamovible, la contratación de los servicios se lleva a cabo a través de una licitación pública (nacional o internacional, según convenga) y el importe que ha de erogar el Estado es definido con anticipación al inicio de los trabajos. Los únicos aspectos que ofrecen margen de maniobra para beneficio o perjuicio de quien contrata son justamente los que se refieren a tiempo de desarrollo de los trabajos y a los niveles de calidad esperados en los productos comprometidos. Es rarísimo que una empresa entregue los servicios contratados con mejores consideraciones de calidad que las pactadas o que entregue los productos comprometidos en menor tiempo al establecido, hay casos, pero no es común. Es por ello que este tipo de proyectos debe ajustarse al portafolio global de experiencia y conocimiento disponible en la organización. Si se carece de la experiencia o el conocimiento necesario para administrar un proyecto de estas características, con seguridad, no se logrará el objetivo.
Cada proyecto es único y posee características particulares, cada proyecto necesita de estructuras organizacionales diferentes al igual que estilos de administración distintos. Aaron J. Shenhar señala que los proyectos en general se pueden clasificar de acuerdo a dos características: complejidad e incertidumbre. La complejidad de un proyecto se define por el grado de necesidad de integración de posibles subsistemas indispensables para el logro de los objetivos; en el caso del proyecto del RPPC del Estado de Hidalgo resulta un grado de complejidad alto toda vez que el proyecto debe atacar de manera simultánea diversos componentes. Por lo que respecta al grado de incertidumbre, Shenhar establece que éste estará determinado en función del grado tecnológico requerido, un proyecto de construcción hace uso de tecnologías conocidas y estables. Pero también existen proyectos que requieren desarrollar nuevas tecnologías durante el mismo proyecto. En el caso del RPPC del Estado de Hidalgo se requiere el uso de una tecnología estable pero en una nueva dirección a lo generalmente conocido, esto nos permite definir un grado de mediana incertidumbe. Por lo tanto, la modernización de la institución es una tarea de las más complejas a las que se puede aspirar. Requiere de un compromiso absoluto de las autoridades, del personal que labora en la institución, de los proveedores encargados del desarrollo de los diferentes componentes y de un grupo de expertos en las diferentes ramas del conocimiento capaces de diseñar los alcances y los productos necesarios, la estrategia general de ataque, identificar cada una de las tareas de cada componente y cuadrar los tiempos.
El anuncio de la creación del Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo es una buena noticia desde cualquier óptica. Se trata de una obra monumental que forjará los cimientos de un moderno y seguro Estado de Derecho; en el caso de la mayoría de los Estados que emprendieron una tarea similar, nunca se imaginaron las dificultades y la cantidad de esfuerzos que la obra requería, en Hidalgo ya pueden hacerse una perspectiva.
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