viernes, 22 de abril de 2011

NUDO CIEGO

Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo...
“El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, 
para el miedoso es lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad”
Víctor Hugo
Por: Parzifal
La semana pasada, el Coordinador General Jurídico del Gobierno del Estado de Hidalgo, Mario José Souverbille González, anunció la fusión del Registro Público de la Propiedad y del Comercio (RPPC) con el Catastro Estatal para dar origen al Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo. El anuncio constituye una legítima esperanza para el RPPC del Estado de Hidalgo de prosperar y posicionarse como la institución garante de la seguridad jurídica que todos esperamos. Con seguridad, el anuncio se refiere a una expectativa a largo plazo que deberá ser precedida de una serie de acciones que faciliten e induzcan la transformación de ambas instituciones hacia un modelo moderno y eficiente de la administración pública descentralizada. La realidad es que el día de hoy las condiciones operativas por las que atraviesa el RPPC del Estado de Hidalgo no permitirían que se lleve a cabo una fusión exitosa y de tal magnitud toda vez que la institución cuenta con una gran cantidad de necesidades históricas fundamentales en diversos aspectos de operación y administración que la ubican, hoy por hoy, como la institución registral con mayor índice de atraso operativo a nivel nacional según las mediciones de línea base realizadas a través del Comité de Evaluación del Programa de Modernización conformado por la CONAVI, SHF, Consejería Jurídica y SEDESOL. Cada día que alguna de las instituciones hermanas concreta un esfuerzo para su modernización, la organización hidalguense se hunde más en el rezago tecnológico. Desafortunadamente, existen antecedentes de esfuerzos mal logrados por modernizar a la institución desde hace casi una década. Ninguno de ellos ha traído los beneficios esperados. 
Hoy se vislumbra la posibilidad de retomar las riendas de la modernidad y darle una nueva oportunidad a la institución. Es necesario dar un paso a la vez y tomar las cosas con calma. En un proyecto de estas características, los aspectos inherentes a los rubros de tecnologías de información y procesos registrales están supeditados al resultado de aquellos aspectos que tienen que ver con la técnica jurídica. Un marco jurídico moderno y adecuado es indispensable para detonar la incorporación de procesos automatizados, la implementación de las mejores prácticas y el manejo eficiente y seguro de la información digital. Sin embargo, el mayor esfuerzo que el proyecto requiere no tiene que ver con lo que a análisis jurídico se refiere, el mayor consumo de recursos (hablando en términos de calidad, costo y tiempo) tiene que ver con los componentes de tecnologías de la información y migración del acervo documental. Estos rubros consumen alrededor de un ochenta por ciento de los recursos destinados al proyecto. Por lo tanto, este proyecto se convierte de manera práctica en un proyecto de tecnologías de la información aunque su naturaleza sea en esencia jurídica. El índice de fracaso en proyectos de estas características está perfectamente documentado, cuestión que no fue puesta en perspectiva en los esfuerzos anteriores de modernización y de ahí su fracaso. En un estudio de 23 mil proyectos de aplicación de tecnologías de información, el Grupo Standish, informó que en 1998 sólo veintiséis por ciento de los proyectos tuvieron éxito total, mientras que el cuarenta y seis por ciento fueron cuestionables (esto significa que fueron terminados, pero con presupuesto y/o tiempos mayores a los estimados o en su defecto con menos funciones que las definidas originalmente) y veintiocho por ciento fueron considerados un fracaso. Según el Grupo Standish, estos proyectos que fracasaron costaron casi 75,000 millones de dólares en 1998.
Los indicadores que generalmente determinan el éxito o fracaso de un proyecto son los que tienen que ver, como ya he mencionado, con los aspectos de calidad, costo y tiempo. En la mayoría de los proyectos emprendidos por instituciones gubernamentales lo que se refiere al costo resulta inamovible, la contratación de los servicios se lleva a cabo a través de una licitación pública (nacional o internacional, según convenga) y el importe que ha de erogar el Estado es definido con anticipación al inicio de los trabajos. Los únicos aspectos que ofrecen margen de maniobra para beneficio o perjuicio de quien contrata son justamente los que se refieren a tiempo de desarrollo de los trabajos y a los niveles de calidad esperados en los productos comprometidos. Es rarísimo que una empresa entregue los servicios contratados con mejores consideraciones de calidad que las pactadas o que entregue los productos comprometidos en menor tiempo al establecido, hay casos, pero no es común. Es por ello que este tipo de proyectos debe ajustarse al portafolio global de experiencia y conocimiento disponible en la organización. Si se carece de la experiencia o el conocimiento necesario para administrar un proyecto de estas características, con seguridad, no se logrará el objetivo.
Cada proyecto es único y posee características particulares, cada proyecto necesita de estructuras organizacionales diferentes al igual que estilos de administración distintos. Aaron J. Shenhar señala que los proyectos en general se pueden clasificar de acuerdo a dos características: complejidad e incertidumbre. La complejidad de un proyecto se define por el grado de necesidad de integración de posibles subsistemas indispensables para el logro de los objetivos; en el caso del proyecto del RPPC del Estado de Hidalgo resulta un grado de complejidad alto toda vez que el proyecto debe atacar de manera simultánea diversos componentes. Por lo que respecta al grado de incertidumbre, Shenhar establece que éste estará determinado en función del grado tecnológico requerido, un proyecto de construcción hace uso de tecnologías conocidas y estables. Pero también existen proyectos que requieren desarrollar nuevas tecnologías durante el mismo proyecto. En el caso del RPPC del Estado de Hidalgo se requiere el uso de una tecnología estable pero en una nueva dirección a lo generalmente conocido, esto nos permite definir un grado de mediana incertidumbe. Por lo tanto, la modernización de la institución es una tarea de las más complejas a las que se puede aspirar. Requiere de un compromiso absoluto de las autoridades, del personal que labora en la institución, de los proveedores encargados del desarrollo de los diferentes componentes y de un grupo de expertos en las diferentes ramas del conocimiento capaces de diseñar los alcances y los productos necesarios, la estrategia general de ataque, identificar cada una de las tareas de cada componente y cuadrar los tiempos.
El anuncio de la creación del Instituto Registral Catastral del Estado de Hidalgo es una buena noticia desde cualquier óptica. Se trata de una obra monumental que forjará los cimientos de un moderno y seguro Estado de Derecho; en el caso de la mayoría de los Estados que emprendieron una tarea similar, nunca se imaginaron las dificultades y la cantidad de esfuerzos que la obra requería, en Hidalgo ya pueden hacerse una perspectiva.
parzifal.mx@gmail.com

viernes, 25 de marzo de 2011

NUDO CIEGO

Democracia...
“Doctrina política favorable a la 
intervención del pueblo en el gobierno.”
Diccionario de la Lengua Española. 
Por: Parzifal
La apertura con que cuentan el día de hoy los medios de comunicación los coloca en el escalafón más alto en lo que ha libertad de expresión se refiere en la historia de las comunicaciones en este país. Hoy se puede criticar, casi sin censura, cada uno de los actos públicos de que los que son protagonistas los políticos, figuras públicas, autoridades y público en general. Hoy es común que en televisión abierta no falte algún conductor -misógino y descarado-, capaz de denostar con su muy particular estilo las acciones de los actores de la escena política que son fuente de las notas del momento. Hoy, la denuncia pública de los medios es abierta y bien fundamentada. Los reportajes, columnas, artículos y notas periodísticas que podemos conocer en los diferentes medios de comunicación ofrecen al ciudadano los elementos necesarios para hacerse de un criterio acerca de la situación que prevalece en los diferentes espacios de la vida pública. Escuchamos, vemos y leemos de actos de corrupción que se comenten con descaro en diversas instituciones públicas y privadas, somos sabedores de que existen funcionarios públicos que han amasado fortunas bajo el cobijo de un puesto otorgado por elección popular, somos objeto de actos de extorsión y corruptelas por parte de las autoridades y el crimen organizado. Todos estos actos sucedían en el seno de la clandestinidad y ahí debían mantenerse. Las herramientas tecnológicas que de a poco nos invitan al mudo de lo inmediato han servido para robarle terreno paulatinamente a la clandestinidad y ofrecer al mundo una visión más cercana a nuestra realidad. 
Lo que antes era sólo un rumor, una voz sin sustento; el día de hoy tiene cara, nombre y apellido. Y es en este espacio mundano que coexistimos con un “Señor de las Ligas” que tienen lazos muy directos -hasta podríamos llamar íntimos- con la Secretaria General del PRD. Y coexistimos con un tal “Juanito” que fue capaz de venderse, negarse, quejarse, amenazar con regresar y volverse a vender. La política lo perdona todo, sin importar el color del partido, mientras se siga llevando agua al molino propio. Pero... ¿Y nosotros? Rememorando alguna definición aristotélica del hombre que reza que no somos más que un “Zoon Politikón” y que es a partir de nuestra propia naturaleza que nace la necesidad de vivir en sociedad y con ello una gran capacidad de perdonar. Aunque solo perdonamos aquello que nuestros paradigmas nos lo permiten. Es claro que el daño que le hacen los políticos corruptos a la sociedad es visto como un mal necesario, como algo que resulta inherente a la condición política del individuo pero que mientras nos obsequie una administración pública con evidentes beneficios sociales, lo demás es lo de menos. Y es así que los políticos son recibidos en los lugares a donde llegan con bombo y platillo, son ovacionados, las mujeres acuden veloces al llamado para besarlos y abrazarlos, ellos adquieren una actitud mesiánica y con una guirnalda de flores adornando su testa, agradecen todas esas muestras con una humildad superlativa. Y a pesar de lo que vemos en las noticias, a pesar de lo que nos muestran los diarios, a pesar de lo que hoy se exhibe en los diversos medios de comunicación, los adoramos. Hoy puede estar en el ojo del huracán un político pero nuestra cultura social nos hace verlos como una especie de individuos alejados de nuestro entorno y que, al igual que el propio mesías, vienen a obsequiarnos algún beneficio que, por cierto, no sale jamás de sus bolsillos. Los elegimos democráticamente para que administren los recursos del estado, no hay encargo más cercano al servicio del pueblo que una encomienda pública, reciben un sueldo suficiente para sobrevivir, los recursos que deben administrar son los dineros generados por el mismo pueblo que los eligió. Hoy puede estar en prisión una persona que hurtó doscientos pesos, eso sí que resulta imperdonable. 
parzifal.mx@gmail.com

viernes, 18 de marzo de 2011

NUDO CIEGO

Pompa y circunstancia...

“Adiós al relincho del corcel de batalla,
al tambor que conmueve el espíritu,
al pífano que perfora los oídos,
a la bandera real y todas sus cualidades,
orgullo, pompa y circunstancia de la gloriosa guerra.”
Otelo, Acto III, Shakespeare. 
Por: Parzifal
El sol es apenas un vislumbre de la claridad que circundará la mañana. Hace escasos minutos que la luna se ha vestido de descanso y su ausencia es el exordio de la jornada que se prevé singular. La humedad se condensa en los cristales; calladamente, la ventana llora. El tiempo no se detiene, los segundos no cejan en su necio afán de prevalecer en su paso inexorable, de perseguir al precedente y alejarse del antecesor en una carrera finita que encuentra en este día su meta. Todo está dispuesto y en su lugar, la simetría del momento contrasta con la certeza de que el cambio es la única constante de la vida. 
Miguel Angel Osorio sale al encuentro con su destino como cada mañana desde hace seis años, con el primer paso fuera de su morada la maquinaria de la cual él es el eje empieza su marcha y de a poco se expande fuera del ámbito inicial, multiplica su alcance y detona la acción de cientos de individuos que vibran al unísono en diversos puntos geométricos. Su primer círculo lo conforman los elementos de ayudantía, un equipo multidisciplinario de expertos que se amalgaman con el mandatario para funcionar como un sólo individuo con decenas de ojos, decenas de oídos, decenas de manos. Miguel Angel decide manejar el vehículo personalmente y se enfila al Palacio de Gobierno con la acucia de quién ha decidido terminar la tarea con el mismo ánimo con el que la inició. 
El staff de Miguel Angel Osorio espera su llegada como es habitual. Sus colaboradores se aglutinan ante su presencia con los reportes de llamadas, mensajes de felicitación, obsequios, solicitudes de audiencia y la agenda del día. El timbre de los teléfonos no cesa y el área correctamente organizada se empeña en ofrecer una respuesta a cada interrogante. El despacho del gobernador es un espacio reservado al que sólo tienen acceso un número reducido de personas. Es el lugar donde ha reflexionado respecto de los temas álgidos de su gobierno y donde ha  construido las soluciones que le han sido demandas por el colectivo al cual sirve. Como cada mañana, la cocina le tiene listo un plato con frutas de la estación cuidadosamente envuelto en polipapel. La responsable de la cocina espera le confirmen si será necesario preparar algún alimento adicional, ella tiene listo los ingredientes para la elaboración de unas quesadillas, yogur de fresa con cereal y jugo de naranja; es sabedora de las preferencias del mandatario y su gusto por la cocina mexicana. Por la tarde, y si la ocasión lo permite, tiene intención de ofrecerle un platillo especialmente aderezado con picante, a manera de corolario tras haber servido para él desde su trinchera. Se le informa que no es necesario ningún alimento adicional, el Gobernador conviene en que la fruta es suficiente.
Pide a sus colaboradores le dejen un momento a solas en su oficina; aprovecha para realizar una última reflexión acerca de los recientes seis años, definitivamente el balance es bueno, los datos duros no mienten, la percepción popular le favorece, el trabajo es evidente y el resultado de los compromisos con Hidalgo ha rebasado cualquier expectativa. Sonríe, se siente satisfecho. Con paso lento camina alrededor de la mesa de juntas contigua a su escritorio. El azul turquesa de la alfombra favorece la experiencia de la travesía intimista al pasado. Trae a la memoria cada una de las decisiones que fueron tomadas en ese mismo sitio para beneficio del pueblo, de su pueblo. Una sombra de duda se posa en sus pensamientos.
Alejandro se acerca para señalarle que es hora de partir al Congreso del Estado, todo está dispuesto de acuerdo a su indicación. Miguel Angel Osorio asiente con la cabeza y agradece con una sonrisa. Se alista para partir, obsequia una última ojeada al que fuera su centro de operaciones, se despide. Aborda el ascensor exclusivo para su uso y abandona el recinto. 
En unos momentos deberá concretar el cambio de estafeta al Gobernador entrante, Francisco Olvera Ruíz. Con ello se cierra un capítulo más de la historia del Estado de Hidalgo, sin duda, uno de los más recordados.

viernes, 11 de marzo de 2011

NUDO CIEGO

Presunto culpable, el fenómeno...
“El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.”
Pablo Neruda. 
Por: Parzifal
Los pilares del desarrollo social de nuestra nación debieran ser la economía, salud, derechos humanos, medio ambiente, vivienda, impartición de justicia y educación. Cualquier esfuerzo por potenciar el capital humano y social sin tener en cuenta cualquiera de estos rubros impide un desarrollo social sostenible y ubica al estado en una posición lejana a la de consolidar el bienestar social integral anhelado por todos. La primitiva costumbre de realizar esfuerzos aislados sólo ofrece paliativos ante una problemática específica de la sociedad, la consecuencia es que los temas de verdadera importancia para el desarrollo nacional, aquellos que podrían sacarnos del subdesarrollo, siguen durmiendo bajo el cobijo de la corrupción, intereses particulares y el crimen organizado.
La película “Presunto Culpable” ofrece un retrato de las grandes y terribles deficiencias con que cuenta nuestro aparato penal. Ni la película, ni sus realizadores pretenden establecer un juicio acerca de las condiciones que prevalecen en lo que ha impartición de justicia se refiere, no pretenden inducir al contraste entre lo bueno que se hace y lo malo que se practica, y no debieran de hacerlo; su objetivo es mostrar al espectador las evidencias de una serie de malas prácticas, perfectamente identificadas, que pueden cambiar radicalmente la vida de un hombre más allá de su presunta culpabilidad o inocencia. 
Hoy la película se ha convertido en todo un fenómeno social. A pesar de los esfuerzos por evitar su proyección, la división de opiniones que ha desatado inclusive entre las autoridades de los diferentes ámbitos y jurisdicciones del ramo penal, ha sido suficiente para que logre su permanencia en las salas de cine nacionales. La película se ubica en el ojo del huracán y con ello inicia la vorágine del cambio. Marcelo Ebrad ofreció promover los ajustes necesarios al marco jurídico actual de manera que la Asamblea de Representantes del Distrito Federal modifique dicho marco y sea posible utilizar cámaras para que filmen (no que transmitan en televisión) cada uno de los juicios y hacer que dichas filmaciones se incorporen como un elemento adicional de cada expediente judicial. Sin embargo, y sin ningún afán de restarle mérito a dicha propuesta y las que vengan, esta condición no es más que un paliativo que no va a resolver el mayor de los problemas. La falta de profesionalismo por parte de las autoridades, el escaso conocimiento de las leyes y el dinero como elemento que inclina la balanza de la justicia hacia uno u otro lado, son sólo la mitad de los problemas. La otra mitad recae en los sistemas educativos nacionales y que vienen a rematar en el ciudadano. La educación que recibimos en la escuela no nos permite conocer los aspectos fundamentales que debe guardar un estado de derecho, no conocemos nuestras garantías individuales, no sabemos como dirigirnos a una autoridad judicial, menos aún tenemos idea de los procedimientos que se deben seguir en una sala penal; ese desconocimiento nos ubica en una posición más vulnerable que tener que enfrentarnos ante cualquier juez injusto, ante cualquier agente del ministerio público falto de profesionalismo o ante cualquier policía judicial corrupto. El desconocimiento de la ley es la ventaja que tienen las malas autoridades sobre nosotros, usan ese factor como elemento que les permite dirigir las causas a su conveniencia. 
El estado de derecho es un factor indispensable para lograr un desarrollo social sostenible, para evolucionar como sociedad y alejarnos del subdesarrollo. Si no podemos confiar en las autoridades responsables de la impartición de justicia porque son el pináculo de la corrupción y la mediocridad ¿quién puede ofrecernos el respeto fundamental a nuestras garantías individuales?
Apéndice.
El montaje por parte de la AFI de la captura de Florence Cassez es el lado opuesto de la moneda, se realiza una filmación donde se simula una condición ideal que sirva de precedente de un caso aparentemente concreto. Florence Cassez se queja de que en el proceso que enfrenta se han violado varias de sus garantías individuales además de que existen una serie de omisiones e irregularidades en la integración de su expediente. ¿Será posible?

viernes, 11 de febrero de 2011

NUDO CIEGO

Ciclos...
“Cuando te encuentras cabalgando un caballo muerto, 
es hora de que te bajes de él.”
Indios Dakota
Por: Parzifal
La vida es una cadena de ciclos. Círculos de experiencias que se enlazan entre sí por breves momentos. Puentes que se tienden ante nuestros pies para materializar nuestro ejercicio ineludible de existir y trascender como personas. Los ciclos que integramos en el paso por la vida son incalculables, siempre existe la posibilidad de abrir uno nuevo, uno más. Se esconden a la vuelta de la esquina para sorprendernos e invitarnos a un mundo lleno de posibilidades, de nuevas vivencias, de nuevos conocimientos. Cada uno guarda características únicas, como colores y texturas, los hay suaves y cálidos como también agrestes y sombríos. Son una multiplicidad de claroscuros. Cada uno de nuestros círculos goza de un periodo de vida definido, finito; los menos, pueden acompañarnos a lo largo de nuestra existencia para consumirse a la par de nosotros; el resto son de menor duración, se extinguen cuando los abandonamos o substituimos por otros de mayor actualidad o atractivo. Algunos adquieren una connotación icónica en nuestra vida, definen un periodo de crecimiento importante o, por el contrario, marcan una etapa de debilitamiento personal; podemos asociar su subsistencia a algún momento en particular, preciso, perfectamente identificado. Otros son detonadores que nos motivan, nos seducen, nos empujan a ofrecer lo mejor que tenemos, despiertan nuestra capacidad creativa hasta alcanzar, por periodos cortos, las muestras más sublimes de nuestro talento. Los hay divertidos, reímos con ellos, nos convocan al jubiloso encuentro. Y así también, los hay tristes; no podemos prescindir atravesar ciertos eventos que nos arrastran al sufrimiento y la desdicha, pasajes de la travesía que quisiéramos olvidar, no haber padecido, no haber conocido. 
El inicio y fin de un ciclo es totalmente imprevisible. Muchas veces, no nos damos cuenta de que ha empezado y otras quisiéramos que nunca acabara. Al inicio de un ciclo no sabemos que será lo que nos obsequie su presencia, la emoción nos embarga y aventuramos el futuro, lo descubrimos con ávido interés como pequeño que recibe el regalo prometido. Nuestros ciclos, en muchas ocasiones, son el alimento del alma y también del espíritu. Por su valía se convierten en nuestra razón de vivir. Hay ciclos que su extinción es motivo de profunda tristeza como al concluir algún nivel escolar o padecer la ausencia de un amigo; cuando esto ocurre, sabemos que un capítulo de nuestra historia se ha agotado; se termina una parte de la trama de nuestro acervo personal y el tiempo de dar vuelta a la hoja resulta inevitable y ocasionalmente doloroso. 
Mala cosa es dejar un ciclo sin cerrar. La añoranza de los buenos tiempos puede perturbar nuestra visión de la realidad, con ello surge el deseo de perpetuar aquello que se presenta en franca decadencia. El fin de un ciclo se anuncia a través de señales inequívocas que anteceden su extinción: distanciamiento, insatisfacción, decepción y desorientación son algunos de los síntomas de que algo en nuestra vida fenece y es menester substituirlo. No cerrar un ciclo es tanto como retirarnos de una relación con las manos vacías. El caso de quiénes no acuden a un funeral, de quiénes no se gradúan, aquellos que no consiguen un trabajo que les proporcione felicidad y los que persisten en quedarse sin dinero son ejemplos de personas que no han podido crecer a través de la experiencia y evolucionar en algo mejor. Dejan sus ciclos abiertos y con ellos un vacío interno. 
Para cerrar un ciclo es necesario ser valiente, permitirse y perdonarse el fracaso,   aplaudir y reconocer los éxitos, utilizar una visión en retrospectiva de los hechos, analizar lo ocurrido, discriminar lo malo y utilizarlo como el más valioso tesoro que nos puede ofrecer la experiencia. Cerrar un ciclo es llevar la vivencia al límite, al extremo, retirarse hasta haber agotado el último compromiso. Es tanto como despedirse con una sonrisa de quiénes nos acompañaron por el trayecto, con la seguridad de que lo aprendido servirá para enfrentar nuevos retos, a pesar de las heridas, a pesar de la fatiga.

viernes, 4 de febrero de 2011

NUDO CIEGO

Olvido...
“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico 
museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.”
Jorge Luis Borges
Por: Parzifal
La memoria es efímera y la esperanza es perpetua. Los seres humanos somos capaces de olvidar el dolor de forma recurrente. Es decir de algunas mujeres que los dolores de parto son tan intensos que podrían ubicarse, en una clasificación del dolor, en una posición entre los más altos; a pesar de esta condición, en muy corto tiempo, la mujer es capaz de olvidar dichas sensaciones y nuevamente esperar la llegada de un hijo. La esperanza del arribo las hace olvidar las penurias inherentes al alumbramiento.
Algo similar sucede en el escenario político que nos convoca hoy en día. Cada partido político es poseedor de una ideología propia que ofrece una serie de mecanismos para llevar al país a una situación de mejora económica, política y social. El objetivo último de todos los partidos políticos es común, todos aspiran al bienestar de la población aunque cada uno cuenta con distintos mecanismos, en atención a las prioridades del sector que representan, para lograrlo. Para que un aspirante a representante popular sea designado como tal debe, al menos en teoría, comulgar con la ideología de su partido. Esto se va haciendo evidente conforme avanzan en su trayectoria política; quienes ocupan cargos públicos, por modestos que sean, deben mostrar en su actuación la congruencia y fidelidad a los principios fundamentales de la ideología partidista que representan, en beneficio de todos. La confianza que un partido político deposita en cada uno de sus representantes populares debe ser proporcional, entre otras cosas, a la aplicación de los mecanismos definidos y la atención de las prioridades identificadas. De no ser así ¿qué caso tendría elegir entre un partido y otro si a fin de cuentas no hay respeto a las formas que los hacen una alternativa de gobierno? 
En la práctica, esto puede resultar bastante más complicado. Angel Aguirre, virtual triunfador de los comicios recién celebrados en el Estado de Guerrero, logró la victoria enarbolando la bandera de un partido que no es el suyo. Su trayectoria política está ligada directamente al PRI, basta recordar que ha ocupado los puestos más altos que la política ofrece: Gobernador (Interino) del Estado de Guerrero, Diputado Federal, Senador de la República, Dirigente Estatal del PRI, entre otros. Pareciera, por la confianza que le ha depositado su partido, que se trata de uno de los baluartes más destacados y valiosos que el PRI posee no sólo a nivel estatal, inclusive a nivel nacional. De acuerdo a su trayectoria se pudiera pensar que en cada encomienda actuó de forma congruente y conveniente a los postulados e ideología política de su partido. El hecho es que hoy es el virtual triunfador en una elección popular representando a un partido político ajeno al que había servido, al menos, los últimos treinta años de su vida. El colectivo electoral que lo llevó al triunfo olvidó que fue el PRD quién hace 15 años señaló 102 violaciones a los derechos humanos cometidas por Aguirre entre torturas, asesinatos y desapariciones. La efímera esperanza de un poco de bienestar hicieron que el pueblo de Guerrero olvidara que quién fuera el candidato del PRD a la gubernatura se trata de un político de la vieja escuela del PRI, con una larga trayectoria política en el seno de un partido opuesto al que hoy abandera. Olvidó también que todo lo que ha aprendido de servicio público Angel Aguirre lo hizo en el PRI, que sus contactos y relaciones más importantes los obtuvo gracias al beneficio de militar en las filas del PRI, olvidó que sus colaboradores cercanos también serán o fueron priístas, olvidó que los operadores políticos, encabezados por Marcelo Ebrad, y que  inundaron la entidad en aras de asegurar el triunfo en la elección, también pertenecieron al PRI. Guerrero olvidó muchas cosas, esperemos que Angel Aguirre cumpla sus compromisos y le lleve al pueblo de Guerrero la certeza de un mejor futuro.
parzifal.mx@gmail.com

jueves, 27 de enero de 2011

NUDO CIEGO

Percepciones...
“Lo que parece no siempre es lo que es, y lo que es no siempre 
es lo que parece; la percepción crea nuestra propia realidad.”
Rob McBride
Un elemento fundamental de la política moderna es el manejo de la información. El día de hoy, la gama de posibilidades para el intercambio de la misma hace que seamos capaces de enterarnos, casi de inmediato, del acontecer cotidiano. Los datos de hechos relevantes vuelan por todos los espacios de la supercarretera de la información, llegan hasta los sitos más alejados y permean nuestras consciencias.  Cada hecho que amerita ser informado fue generado por alguien de manera involuntaria o, por el contrario, con intención específica Desafortunadamente, mucha de la información publicada no es consistente, es decir, no todo dato de un hecho acaecido lo podemos identificar como elemento de una cadena que guarda coherencia con el resto de los elementos de su conjunto. Esto sucede porque, en muchas ocasiones, desconocemos las causas que motivaron la realización de tal o cuál acción, nos resulta imposible identificar el hilo conductor de un hecho contra otro a pesar de que exista; como consecuencia, el conocimiento llano de los hechos, aunado a nuestra naturaleza inquisidora, nos convoca al ejercicio de la especulación. La sobremesa, por ejemplo, es uno de los  espacios comunes para aportar teorías que den coherencia a las cadenas de información en aras de sustentar determinadas acciones. Nos encanta jugar al investigador, analizar los hechos y ubicarlos en un contexto coherente. Hoy, en las charlas de café se escuchan diversas versiones acerca de los motivos que hicieron que el crimen organizado planeara un atentado con un coche bomba en el municipio de Tula. Todo es especulación y misterio. No hay nuevos elementos que nos permitan vincular, fehacientemente, tal hecho a cierto grupo o a tales motivos.
En otros tiempos, el monopolio de la información era controlado por el Estado, los medios masivos de información de mayor trascendencia  eran voceros de la versión oficial de los hechos. ¿De qué nos habríamos enterado si hubieran existido los mecanismos de comunicación en línea, las redes sociales, el teléfono celular, en la época del movimiento estudiantil de 1968? 
La información nos sirve para tomar las mejores decisiones y actuar en consecuencia. Pero ante la inconsistencia de ciertos hechos, surge un nuevo elemento que pretende dirigir el rumbo de nuestras elucubraciones. La desinformación es un mecanismo tendiente a dirigir las percepciones del colectivo social hacia un rumbo que conviene a los grandes generadores de información. Una serie de ejemplos claros los podemos encontrar en la política; el candidato del PRI al Gobierno del Estado de Guerrero, Manuel Añorve, en su cierre de campaña esgrimió una estrategia de distracción de la atención al decir -¡Ha llegado el tiempo de la alternancia!-, donde su única intención es dirigir la percepción del electorado hacia el terreno que a él le conviene, inducir el cambio; la realidad es que el PRD ha gobernado el estado sólo por seis años mientras que el PRI lo ha hecho por 70 años. Lo mismo sucede cuando el Presidente Felipe Calderón niega utilizar el término “guerra” al referirse al combate que se libra contra el Crimen Organizado, su intención es manipular la percepción del ciudadano hacia un concepto menos agresivo y radical para evitar la etiqueta que  defina, de forma peyorativa, el rumbo de sus acciones de gobierno. La realidad es que la presencia de las fuerzas armadas federales en las calles, los continuos enfrentamientos, los civiles caídos como resultado de dichos enfrentamientos y las rimbombantes capturas de los capos no dan mucho espacio para pensar que se trata de algo distinto a una guerra. 
Ejemplos de este tipo podemos encontrar por montones y en toda clase de organizaciones. La desinformación es la contraparte de la información que utiliza la inconsistencia de los hechos para crear un canal alterno informativo capaz de inducir nuestra percepción de las cosas.
parzifal.mx@gmail.com